Antonio González jamás habría
imaginado un despertar así.
Eran las 6 de la mañana y una
inesperada llamada le despertó de su profundo sueño. La inspectora García
primero de todo le preguntó si era él el dueño de la biblioteca "Letras
ordenadas" y a continuación se encargó de comunicarle la noticia. El
encargado acababa de hallar un cadáver en uno de los pasillos de su biblioteca.
La víctima, mujer de unos 30 años, permanecía en el suelo con un disparo en el
pecho y a su lado el libro Letras muertas, del famoso escritor Sergio Gómez.
La inspectora investigó el crimen e
interrogó a los 3 principales sospechosos: el marido de la joven, el encargado
y el dueño de la biblioteca. Todos tenían coartada. Al analizar las pruebas,
hallaron, en el libro que apareció junto al cadáver, huellas dactilares del
autor. La inspectora decidió interrogarle, pero le resultó imposible ya que al
llegar a la casa del sospechoso se encontró con éste en el sillón, donde permanecía inmóvil, con un
disparo en la sien. El escritor había decidido suicidarse tras confesar el crimen en
una carta, reconociendo ser el amante de la víctima.
Escrito para el concurso de microrrelatos policíacos de AXN y seleccionado para publicarse en el libro escrito por la audiencia.
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